Con 8 años de experiencia otorgando créditos a personas físicas y a empresas y casi 20 años siendo usuario de distintos productos de financiamiento, he podido identificar que el crédito muchas veces polariza a los usuarios poniéndolo en extremos, donde identifico estos dos:
En un extremo, están los usuarios que abusan del crédito, viéndolo como un ingreso extra que puede ser utilizado para financiar TODO, hasta los chicles que se compran el Oxxo, inclusive los que a través del crédito quieren aparentar un nivel de vida que no tienen. Este tipo de usuarios son los que usan el financiamiento de forma desmedida, lo prolongan a largos plazos de pago y por lo general tienen las tarjetas de crédito hasta el tope, no cuidan su endeudamiento contra sus ingresos.
En el otro extremo, están los usuarios que le tienen miedo al crédito, los que no toleran deber, que ven a las instituciones financieras como un mal necesario, que cuando reciben una tarjeta de crédito la cortan o que si llegan a pedir un financiamiento para su empresa, les genera estrés y culpabilidad. Este perfil, se proyecta más en los sobrevivientes de las crisis económicas de los 80’s y 90’s.
El crédito no es el cielo ni el infierno, es una herramienta de apoyo, que mejora la liquidez, la productividad y usado de manera inteligente puede ayudarnos a alcanzar objetivos financieros.
¿Cuándo se debe solicitar un crédito?
Cuándo se tenga un destino productivo para éste, para adquirir bienes duraderos indispensables, para reestructurar una deuda o para un gasto anual o de emergencia relevante que nos podría descapitalizar y poner en riesgo nuestro día a día.
Para temas de consumo (viajes, compras, etc.) también podemos usar el crédito, es válido siempre y cuando lo hagamos de manera responsable. La regla de oro es “No gastar más de lo que ganas”.
Es fundamental aprender que el crédito no es una fuente más de ingreso. Es un apalancamiento, una herramienta para administrar liquidez, para ayudarte a financiar el crecimiento de tu empresa, para sacarte de emergencias o bien para poder adquirir un bien que no esta al alcance de tu bolsillo, pero lo que debes recordar es que no importando lo chiquito que sean los pagos, vas a tener que pagar todo.
Y por último, es fundamental que tengas acceso al crédito en cualquiera de sus modalidades, ya que aunque no lo requieras, no estas libre de encontrar una súper oportunidad o tener una emergencia, y el no tener un brazo financiero listo, podría ponerte en aprietos.