Imagina que quieres venderle mermeladas a Walmart, el rey del retail. De entrada, tendrás que ingeniártelas para llegar frente al comprador, pero supongamos que consigues una cita. ¿Qué sigue? Pasar por un proceso de negociación de precio para ser autorizado y una auditoria para determinar tu capacidad de producción. Si logras pasar este primer filtro, hay que esperar a que Walmart solicite su pedido.
Supongamos que ya solicitaron el pedido, el siguiente paso será entregarlo cumpliendo ciertos lineamientos del empaque, etiquetado y embalaje. También concertar una cita en el centro de distribución y esperar varias horas a ser recibido…
Una vez que cumples con los requisitos y Wal-Mart comienza a distribuir tus mermeladas en las tiendas seleccionadas, te dará 30 días para que desplaces tu mercancía. Si tu producto no cumple los pronósticos de venta, Wal Mart te regresará el sobrante , adicionalmente descontará de la factura los gastos de publicidad y te pagará 90 días después una parte de lo que facturaste.
Así es el vía crucis de los pequeños empresarios que tratan de vender en las grandes ligas y posicionarse en el mercado. Claramente, si tu producto pega ya la hiciste y podrás negociar mejores condiciones, pero se tiene que pasar por todo un proceso que involucra, mucho trabajo, esfuerzo y tiempo. A esto se le debe agregar una capacidad de financiamiento relevante para soportarlo.
Por el contrario, si quieres vender tus mermeladas en tiendas de abarrotes o restaurantes, tu proceso de venta se vuelve más sencillo. Después de conseguir una cita con el dueño o el encargado de compras y llegar a un acuerdo, podrás distribuir -sin tanto riesgo y procesos complejos- tus mermeladas para que las conozca el mundo.
Este proceso para vender mermeladas es similar al de solicitar un crédito. Las tasas más baratas –relativamente- las encuentras en los bancos, quienes tienen la capacidad de financiar menores tasas y mayores montos. Pero al igual que Wal-Mart, sus procesos son burocráticos, lentos y complicados. Además de que la probabilidad para que califiques todos los requisitos es baja y compleja.
Si no tienes la capacidad para calificar con un banco o no tienes el tiempo para esperar que se cumpla todo el proceso, existen otras opciones, cómo las SOFOMES. Los créditos que otorgan las SOFOMES benefician a los usuarios que necesitan dinero sin tantas complicaciones y de manera casi inmediata. Es mentira que las tasas son siempre altas, puedes encontrar de todo en este sector, inclusive debajo de las tasas de los bancos tradicionales, normalmente tienen condiciones de pago y esquemas de financiamientos más flexibles y adaptados a la realidad de cada PYME.
Existen 45 bancos (5 que controlan el 90%) y más de 1400 SOFOMES que realmente tienen ganas de que seas su cliente, acércate a una, te sorprenderá la velocidad, la flexibilidad y la creatividad de sus productos financieros. Y lo más importante, las SOFOMES vienen a ti, no tienes que ir a hacer colas a sucursales y esperar que salga tu numerito para que te atiendan.