En México los Bancos tienen bien atendidas a las grandes empresas, pero no están muy interesados en brindar soluciones de financiamiento a personas físicas y a las PyMES. Sólo cuentan con productos tradicionales como tarjetas de crédito lo que provoca que gran parte de las personas que tienen una cuenta de banco, tengan acceso a tarjetas de crédito con relativa facilidad. Casi ninguna de las PyMES del país tiene acceso a líneas de crédito reales, líneas revolventes o créditos simples, sólo tienen acceso relativamente fácil a tarjetas de crédito de negocio o algún crédito con garantía hipotecaria.
La sociedad mexicana tiene una pobre educación financiera, inclusive personas con posgrados que tienen conocimientos en otras áreas como Recursos Humanos, Medicina, Psicología, etc., esto se debe a la falta de productos financieros y que las Instituciones Financieras -principalmente bancarias- sólo informen lo que quieran. No es que digan mentiras, pero por los tecnicismos que utilizan, hacen que las personas no entiendan, se confundan y malinterpreten la información.
Si a esto agregamos que México es un país en el que casi nadie lee los contratos, pues se genera una bola de nieve enorme. Lo anterior provoca que cuando necesitas financiamiento, ya sea por necesidad o por oportunidad, utilices la tarjeta de crédito. Y menos del 30% de los usuarios de tarjetas de crédito son totaleros, es decir, que todo lo que consumen, lo pagan, por lo que el otro 70% se está financiando y pagando altos intereses a la tarjeta de crédito.
He visto a mucha gente que se endeuda con las tarjetas, hacen pagos todos los meses y después de mucho tiempo me comentan que su deuda no ha bajado casi nada. La trampa es que todos los intereses que dejan de pagarse, el siguiente mes se convierten en capital y para el cálculo de los intereses del siguiente mes, se utilizan los que se generaron en el mes anterior. Adicionalmente, las bases del cálculo de intereses utilizan saldos promedios. Es confuso entender cómo se hace.
Cuando no pagas todos los intereses, éstos te juegan en tu contra. Los intereses de las tarjetas de crédito son altos porque las tasas de interés son de las más altas en los productos financieros del sector bancario. Su forma de cálculo hace que crezcan exponencialmente, y si te atrasas o dejas de pagar empiezan a generarse multas por pago tardío, formando una bola de nieve de donde difícilmente podrás salir. Pero no nos equivoquemos, la tarjeta de crédito es una herramienta muy buena para administrar tu dinero, pero tiene que ser muy bien manejada. Tienes que ser muy disciplinado, de lo contrario, sin que te des cuenta estarás gastando más de lo que ganas.
Esto mismo pasa cuando una empresa pide prestado para comprar maquinaria o algún activo. Muchas veces sucede -sobe todo en las PyMES- que el préstamo se utiliza para otras cosas que no son de la empresa, como gastos familiares del dueño y engañan al que presta, tanto Friends and Family como instituciones bancarias. Esto lo puedes manejar, pero tarde o temprano son bolas de nieve que acaban aplastando al que está usando mal el dinero. El crédito no es un ingreso adicional, es un error gastarlo así. Si tienes tarjetas de crédito saturadas, que te quitan mucho flujo por los pagos que debes realizar, cualquier problema que tengas en el día a día puede generar que te atrases y afectes tu historial crediticio.
Entonces ¿qué es lo que debes que hacer?
Tienes que ser muy disciplinado, entender que no es tu dinero, no es un adicional a tu ingreso, y la regla de oro es “todo lo que gastes, págalo”. No compres algo con tu tarjeta de crédito que no puedas pagar. Lo único que debes firmar que no puedas pagar de contado son objetos duraderos, aquellos que te van a generar otro ingreso y puedes pagar a meses sin intereses, siempre controlando cuál es el pago mensual que tendrás que hacer para liquidarlo.
Congela la deuda a través de otro producto financiero. Busca reestructurarlo con un crédito a pagos y tasa fija, este no es un producto de línea de crédito abierta como tarjeta de crédito. Por ejemplo, si tienes una tarjeta de crédito que después de los pagos, tu saldo queda en $10,000.00, en lugar de seguir haciendo pagos mensuales de $1,000.00 para cumplir, que no bajan nada la deuda, busca con una Institución Financiera que reestructure la deuda, con un plan de pagos fijos a 12, 24 ó 36 meses, con o sin intereses. Lo importante es que veas una tabla de amortización donde tu pago mensual puede ser igual al que realizas en los pagos mínimos, pero se amortice tu capital y vayas saliendo de tu deuda.
Dentro de las opciones sobre quién te puede ofrecer el producto estructurado o reestructurar la deuda, en los bancos te van a ofrecer otra tarjeta de crédito que absorba la deuda de la tarjeta inicial y te genere un plan de pagos fijos, lo cual parece relativamente fácil. Sin embargo, si no sigues la regla de ser ordenado y controlar las tarjetas, ahora tendrás una doble tentación, porque tienes la nueva tarjeta más la otra con saldo libre, entonces puede ser peligrosa esta solución.
Otro camino es que te acerques a las SOFOMES, pidiéndoles una reestructura de deuda o una línea de crédito simple. Hay muchas SOFOMES, que cuentan con diversas opciones, y tasas de interés diferentes a las de los Bancos. Esa idea que se tiene referente a que las SOFOMES son mucho más caras, -algunas los son-, pero no son menos caras de lo que estabas pagando en una tarjeta de crédito. Y vas a encontrar muchas más opciones.