¿Por qué en México le tenemos miedo a la deuda? He escuchado a muchos empresarios que se sienten mal y se estresan cuando deben dinero pero se encuentran orgullosos y tranquilos cuando no deben nada. Incluso, hay personas que cuando piden prestado se dejan la barba y sólo se la rasuran hasta que acaban de pagar. Como si la deuda fuera algo malo.
La mentalidad del empresario latinoamericano -no solamente del mexicano- es “mi empresa es sana porque tengo cero deudas”, por lo que hace que las personas sufran teniendo deudas. Inclusive muchas empresas que vienen con nosotros para solicitar un financiamiento, ponen como una de sus cartas de presentación que no deben nada. Soy precavido en ese comentario, porque esa mentalidad no siempre es la mejor. Tampoco estoy diciendo que deber todo sea lo correcto, siempre debe haber un balance, ya que el extremo de cero deuda y el estresarme porque debo, no son correctos.
Lo más importante para toda empresa es la liquidez, ya que ésta es la que realmente nos salva de las crisis, es la que nos ayuda a poder cerrar esos negocios o adquisiciones que de repente llegan a la puerta, casi siempre va ser mejor pedir prestado que usar mi propio dinero. Si lo vemos de otra manera, estoy poniendo en riesgo el dinero de alguien más, el cual, efectivamente, me va a costar (tasa de interés), pero en la fórmula siempre debes incluir el costo de oportunidad en tus decisiones, que muchas veces no es tan fácil de cuantificar, pero normalmente es más alto que cualquier tasa de interés. Al final más que la deuda o su costo, es el destino que le des a la deuda. Si se usa para mejorar la productividad y al crecimiento de mi negocio, el resultado casi siempre, con un apalancamiento sano, será el de generar mayor rentabilidad, que no debería ser una situación de estrés, sino de alegría o entusiasmo.
Por otro lado, las empresas que no tienen historiales de deudas, para las Instituciones Financieras se vuelven puntos ciegos, ya que es difícil leer a una empresa que tiene cero deudas cuando te pide un préstamo. Piénsalo, cuando realmente necesites contraer un financiamiento, quieres que la Institución Financiera te resuelva de manera rápida y sencilla.
Entonces, ¿en qué voy a usar la deuda? Siempre se debe utilizar para inversiones productivas, es decir, lo que haga con ese dinero me tiene que generar más rendimiento del que me va a costar. Desde ese punto de vista, inicialmente no importa el costo del dinero si lo que yo voy a generar es mayor a lo que me va a costar. Lo importante se vuelve quién me puede financiar de manera mas rápida y sencilla, claro entre más diferencial tenga entre lo que voy a ganar y lo que me va a costar, mayor será la ganancia. También un destino aceptable es para reducir costos, reestructurar una deuda. Lo que siempre tienes que medir es el retorno y que la deuda se utilice en el destino planeado. Se puede contraer deuda para temas de consumo a corto plazo, pero esa deuda sí hay que manejarla con mucho cuidado. La deuda a la que me refiero y que es bueno tener en las empresas es la deuda productiva, la cual le va a dar más salud y rentabilidad a la empresa.
Desde el punto de vista de una persona física, es buena opción adquirir deuda para comprar bienes duraderos y productivos que van a generar nuevos ingresos.
La regla teórica para una empresa tradicional es no superar 3 veces el capital contable de la compañía, aunque no es una regla general, ya que hay que analizar empresa por empresa, lo importante es que no hay que tenerle miedo a la deuda. En los negocios la deuda es algo positivo, porque da una mayor capacidad de liquidez, para enfrentar problemas y aprovechar oportunidades. El hecho de deber no es malo, no nos tiene que generar estrés ni preocupación porque siempre es mejor tomar decisiones que dejen liquidez en la caja y trabajar con dinero de más, que tomar el dinero de mi caja para evitar contraer una deuda. Numéricamente me va a costar más dinero contraer una deuda que utilizar mi dinero personal; sin embargo, aún con el costo de la deuda sigo teniendo liquidez para tomar otras oportunidades, inversiones o hacer frente a cualquier adversidad. Tener una deuda significa tener líneas abiertas, con lo cual es más fácil para una Institución Financiera leer e interpretar la información de una empresa que ya tiene experiencia y que usa las líneas responsablemente, a alguien que no las tiene, o que las paga inmediatamente, eso no es una buena forma de lectura para las Instituciones Financieras en general.
A los latinoamericanos nos genera preocupación y estrés la deuda; a los norteamericanos o europeos no tanto. Lo anterior está relacionado con la idiosincrasia de nuestros países, donde hemos vivido múltiples crisis de devaluaciones de nuestras monedas e inflaciones altísimas. Si tenías una deuda de $1, de la noche a la mañana se convertía en una deuda de $5, lo cual obviamente causaba que muchas empresas quebraran y mucha gente perdiera su patrimonio. Pero hoy en día, las condiciones de la economía no son las mismas: los gobiernos tienen medidas más responsables -sobre todo en México- una inflación más controlada, libre fluctuación del tipo del cambio y reservas para hacer frente a momentos de crisis y a cambios macroeconómicos, los cambios y las crisis en nuestros países, aunque no dejan de afectarnos a los empresarios, los impactos en la deuda difícilmente serán como lo fueron en el pasado. Así mismo, las Instituciones Financieras, Bancos y SOFOMES por esa misma razón hoy tienen productos con tasas fijas y/o controladas que protegen más a los clientes ante esas crisis.
La regla es: mantén liquidez, trabaja con el dinero de los demás -que es más rentable- y no caigas en extremos, ten un buen balance.