Parece que estamos empezado a superar el fenómeno de Trump, no quiero decir que sus efectos secundarios han terminado, pero ya pudimos observar que a pesar que nos afecta su política, nos está uniendo como país, además que ese proceso de sacarnos de nuestra zona de confort está abriendo otras oportunidades. Poco a poco estamos dejando atrás la paranoia, ya no es la noticia central de todos los días del periódico y sus tweets cada día afectan menos la volatilidad, sumando a que el mundo está aprendiendo a entenderlo y a trabajar con hechos, cada día un poco más con visión hacia adelante.
Pero ahora, en Mexico ha reiniciado la preocupación que López Obrador llegue al poder, y me pregunto ¿en serio ahora eso es lo que nos va a preocupar?, las conversaciones de muchos mexicanos se centran en ¿qué pasará si gana López Obrador? Algunas de ellas catastrofistas, otras más conservadoras, pero parece que muchos, incluidos los medios, se vuelcan en el tema, “cuidado con el 2018”.
En mi opinión, creo que el Peje es igual que todos los políticos que luchan por el poder y basan sus promesas de campaña en mentiras y manipulaciones o tomando una bandera de cambio, del sistema político, que él, específicamente después de muchos años en el poder en distintas formas, no ha generado ese cambio, ni político, ni de sus seguidores, pero sí ha vivido, él, su familia y sus colaboradores, de ese sistema que tanto critica. Pero mi intención no es hablar de política, sino analizar en qué estamos dedicando nuestras energías: en qué estamos pensando y con qué nos estresamos los mexicanos.
Me sorprende la creatividad que tenemos los mexicanos para centrar nuestras conversaciones del futuro en catástrofes, porque ese es el tono que le damos. Seguramente, conforme se vaya acercando la época de elecciones en México este tema irá creciendo cada vez más. Pero como mexicano y como empresario, no puedes controlar los sucesos, lo único que puedes hacer el día de las elecciones es ir a votar por quien más te convenza, entonces si no lo controlas por qué gastar tanta energía en ello.
Los mexicanos tenemos mucha creatividad para idear desastres y crisis, parecería que nos encantan vivir al filo del peligro. ¿Por qué no empezamos a dirigir nuestras conversaciones, creatividad y energía en hacer negocios, en producir y en las oportunidades? Sí podemos preocuparnos por lo que va a pasar en el país en dos o tres años, pero como lo comento antes, no es algo que puedes controlar. No obstante, lo que sí puedes controlar es lo que haces en tu negocio, las decisiones que tomas y cómo vas a hacer más rentable tu empresa para soportar cualquier vaivén que venga. Esto es a lo que todos los mexicanos debemos enfocarnos.
Hace algún tiempo encontré un artículo que describía la diferencia que existe entre los países ricos y los pobres. La clave de ser un país rico, no está relacionado a su historia o antigüedad (India o Egipto) -por ejemplo vean a Nueva Zelanda un país con menos de 200 años en su historia- ni en tener mejores políticos -vean hoy a Estados Unidos- ni los ricos son los países con muchos recursos naturales o biodiversidad -vean a México, Brasil o algunos de África- pero por ejemplo vean a Suiza o Japón, países con escasos recursos propios pero potencias en muchos de ellos. Un ejemplo en Suiza es que más del 50% del año es invierno y se podría pensar que por esta razón los negocios de ganadería y agricultura sufren; sin embargo, es el país que produce la leche de mayor calidad en toda Europa y es uno de los mejores productores de chocolate en el mundo, o Japón, un país sin petróleo, con escasos recursos naturales y con un territorio limitado para la agricultura.
Entonces no se trata de tener más recursos, ni historia, ni siquiera mejores políticos, la diferencia entre los países pobres y ricos, es LA ACTITUD Y LA MENTALIDAD de su población, de buscar ir hacia delante. Si en México, cada uno de nosotros nos enfocáramos en ver hacia delante, en poner esa creatividad en cómo producir más y menos en qué tenemos para hacer, para flojear más, si dejáramos de echarle la culpa a los demás sobre nuestra situación y dejamos de preocuparnos por los Trumps y los Lopez Obradores (hoy se llaman así, pero siempre existirán de una u otra forma), Mexico sería otra cosa, y empieza en uno mismo, en cambiar lo que sí controlo, y lo que sí controlo es cómo actúo y cómo pienso, todo lo demás sólo me distrae.
Como empresarios lo que debemos hacer y que sí controlamos es volvernos más productivos, eficientes, vender más, reducir costos y gastos, modernizar nuestras empresas, capacitar a nuestro personal, trabajar lo más que se pueda dejando un espacio para la familia, disfrutar de lo que poseemos sin envidiar lo que tienen los demás y luchar por conseguirlo de manera honesta.
Cuando los mexicanos -y sobre todo los empresarios- nos enfoquemos en lo que sí podemos controlar, vamos a tener mejores empresas y, por ende, una mejor nación.
Les recomiendo que dejen de preocuparse por las crisis y hagamos que nuestros negocios sean rentables para que estemos preparados para enfrentar los retos que se puedan presentar en un futuro.