Casi todos los deportistas de alto rendimiento ganan mucho dinero, incluso más que la gran mayoría de los empresarios. Esto también sucede en ciertas profesiones como los médicos, que generan ingresos, mayores al promedio de los empresarios. No quiere decir que no haya empresarios que ganen más que los futbolistas y que los médicos, pero en términos generales sí hay una ganancia individual mayor en ciertas profesiones.
¿Pero por qué sucede esto? Es muy sencillo. Sólo producen cuando están ahí, es decir, el futbolista sólo produce cuando está jugando, por lo que si deja de jugar, va a dejar de generar ganancias. Además, la vida productiva de los deportistas es muy corta, por lo que a cierta edad –todavía jóvenes- se tienen que retirar. Su generación de ingresos para mantenerse y llevar un estilo de vida, lo tienen que lograr en un periodo de tiempo corto. Por su parte, un médico normalmente produce cuando está operando o atendiendo pacientes y los que son exitosos crean organizaciones con otros colegas, pero realmente el que genera la ganancia en mayor escala es el del apellido famoso, por eso cobran grandes cantidades. En cambio, los negocios de los empresarios exitosos producen inclusive cuando ellos no están, porque son organizaciones productivas y rentables.
Esa es la gran ventaja de ser empresario. Sí, un futbolista y un doctor pueden ganar más –aunque en estas profesiones no todos son iguales y algunos pueden ganar más que otros- pero al final el empresario no depende directamente de su talento individual.
Las empresas en promedio generan más ganancias, porque pueden crear equipos, delegar, y desarrollar estructuras que no dependan de ellos, por lo que la clave de éxito de cualquier empresario es crear equipos de trabajo que funcionen y sean eficientes. Mi recomendación es que contrates talento que te aporte y que genere valor, porque eso va a pemitir que tu negocio funcione sin la necesidad de tu talento o incluso, lo puedas transmitir generación tras generación. Por lo anterior, es importante que sigas las siguientes reglas:
1. Contrata talento. Debes tener claro que el talento no siempre es lo más barato, pero no definas a quién contratar sólo por el sueldo sino por lo que aportan a tu empresa.
2. Desarrolla procesos de contratación. Normalmente el proceso de reclutamiento no es una ciencia perfecta, es complicado. Los candidatos se están vendiendo para conseguir el puesto, por lo que un buen vendedor te puede engañar y es fácil equivocarse de persona en este proceso. Por eso te recomiendo que seas lento reclutando y rápido despidiendo si detectas que te equivocaste en el reclutamiento, así hasta que logres encontrar a las personas talentosas, es decir, compara y analiza para tomar la decisión de quién es el mejor candidato. Pero como te puedes equivocar, sé muy rápido para sacar, cuando el talento no funciona.
3. Aprende a delegar. Para que tu empresa funcione, es importante que tú, como líder y empresario, no quieras hacer todo, sino que aprendas a delegar, no se trata sólo de aventar tareas a tu equipo sino capacitarlo y ayudarlo. Esto requiere tiempo ya que puede ser un proceso lento, pero ayudará a mejorar el desempeño de tu personal y generar pasión por el negocio.
4. No quieras controlar todo. Aunque tengas un equipo talentoso, nunca vas a ser tú, a veces eso es complicado cuando se trata de toma de decisiones que pueden afectar a tu negocio positiva o negativamente, por lo que tienes que aprender a ser paciente, no quieras tener siempre la razón, empuja a que tu equipo tome decisiones, y que te diga cuando no esté de acuerdo contigo. Las opiniones diferentes generan riqueza en las decisiones y en las proyecciones de un negocio. Por lo tanto, no quieras controlar todo, deja que tu equipo se equivoque, proponga y actúe. No hay peor error que un empresario que no permite que su talento demuestre su talento, ya que tu equipo puede caer en una zona de confort porque tú tomarás todas las desiciones.
Desarrolla equipos de trabajo, para que la empresa no dependa solamente de ti.